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Estudiante de letras, pecosa, menorquina, moñas titulada, utópica empedernida y agaporni reciente.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Los sentimientos, cual energía en el universo, no desaparecen. 
Se transforman.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Pasión en estado puro.

    Estuvieron cogidos de la mano mientras esperaban al tren lanzándose miradas cómplices una tras otra. Después, aquellos dos asientos, al igual que los labios, fueron uno solo durante todo el trayecto: él estuvo constantemente ocupando el suyo, resguardando el cuerpo de la chica entre sus brazos.
    Pasión en estado puro.
    Jamás podrían haberse percatado de que los estaba observando. Uno para el otro lo eran todo. Objeto único de atención. Persona en este mundo. Mundo, si apuras. Centro del universo.
    Me gustaría pensar que al salir de allí se fueron a pasar un fin de semana íntimo a la montaña, refugiándose del frío al lado de la hoguera sin separarse un instante. Pasando noches apasionadas, utópicamente interminables despertares siendo el rostro del otro lo que viese. No se me pasa por la cabeza un "para siempre en esa relación", pero sí en los momentos, en los recuerdos inolvidables, en las miradas que quedan ancladas en la mente y en las huellas dactilares grabadas en las mejillas.

lunes, 24 de octubre de 2011

Adorablemente inexplicable

    No sé qué criterio sigue, pero al agarrarme de la mano, no teniendo suficiente con que nuestros dedos se crucen, los entrelaza en un aparentemente ilógico embrollo que solo Amelie podría haber conseguido. No sé cómo lo hace, pero su mirada enternece cualquier situación, su sonrisa ameniza cualquier circunstancia. Y aún no sé por qué extraña razón, pero cuando mis dedos se pierden en su pelo estando ambos estirados en la hierba, ocupados no haciendo nada, el mundo se atenúa, junto con todas sus terribles crisis globales

lunes, 11 de julio de 2011

Eternidades tiernas

Que no nos encuentre solos el fin del mundo. Que cuando llegue estemos el uno con el otro frente a la adversidad. 
Que nos pille así el fin del mundo. En un abrazo que resulte eterno cuando el tiempo desaparezca. Fusionando la esencia del uno con la del otro en una unión intemporal. Haciendo que el aroma que aquel día impregnó mi pelo y que había desaparecido a la mañana siguiente permanezca ahí infinitamente. Haciendo que el mío siga sus mismos pasos. 
Que sea eso el fin del mundo. La causa de una unión perfecta. La solución al gran dilema de la humanidad: el alcance de la eternidad.

martes, 28 de junio de 2011

   Lo conseguiste, y sin ayuda de nadie. Has conocido la fuerza que el ser humano tiene frente al resto de la naturaleza e incluso de su propia especie. Has reafirmado que el humano puede con todo cuando conoce los puntos fuertes y flacos del de al lado.
   Y sí, tú, en tu propia e individual magnificencia, la has derrumbado. Has hecho que derrame ríos por ti. Has hecho que todo su poderío se vea por los suelos. Has hecho que vea el mundo sin posibilidad alguna de mejora. Has hecho que pierda toda esperanza existente en cualquier cosa.
   Y lo único que se te ocurre es decir que te sientes mal viéndola así. Pues vaya, perdona, ¿su espalda ha estropeado tu cuchillo?

viernes, 10 de junio de 2011

La libertad en nuestras manos, bendita ironía.

Ahora corre, baile, habla, grita, observa, escucha, experimenta, vive. Las manecillas siguen rodando, y no dejarán de hacerlo, pero ya no dependemos de ellas, ya no. Tenemos tiempo de hacer todo eso y más. Tiempo, adorado y ansiado tiempo, aquel que ya no hace falta milimetrar, aquel que ahora viviremos minuto a minuto sin pensar en cuándo parar.

Porque somos libres.

Libres. Libres cual mota de polvo sobre el viento. Libres cual ave que sobrevuela campo y ciudad sin rumbo fijo. Libres cual música que llena un espacio vacío sin impedimento alguno.

miércoles, 25 de mayo de 2011

BELIEF

    Poco a poco lo iba consiguiendo. Las palabras "imposible" e "incapaz" desaparecían por momentos de su vocabulario. Aquellas palabras que tanto se había repetido. Aquellas palabras que surgían en todas las situaciones difíciles. Con el paso del tiempo se daba cuenta de que sí era capaz de conseguir cosas por su propio pie, que si se lo proponía podía con cualquier cosa. Lo mejor es que se lo creía. Creía en su capacidad, creía en sí misma. Esa seguridad que tantas veces le había hecho falta nacía ahora y aún no era tarde. Porque nunca es tarde para según qué cosas, y nunca es tarde para (auto-)realizarse y conseguir metas. Ahora sí. Sabía que podría conseguirlo porque había visto que había conseguido algunas de las metas propuestas, la autoestima había aumentado, y con ella, los puntos a favor a la hora de lograr esos objetivos. 

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    Si hay alguien en este santísimo mundo de bloggers que aún me lee, primeramente gracias. Después, quería decir que hasta dentro en unos días (hasta a partir del día 10 de junio, aproximadamente) no volveré a pasearme por aquí. He acabado los exámenes finales y, por lo tanto, el bachillerato (AT LAST!); ahora me toca intensivo para la selectividad.
    A ti, sí, a ti que sí me estás leyendo (mil gracias, de veras): tendrás noticias mías en unos días(:
xx

martes, 10 de mayo de 2011

Gritos ahogados.

    Era una de aquellas personas que inspiraba confianza. Era la persona perfecta para que Kira consiguiese desahogarse, deshacerse al fin de todos aquellos males que la atormentaban y que llevaban tiempo siendo reprimidos. 
    Kir se había sentado en el suelo, aunque aún quedaba sitio en el banco como para estar sentado a su lado, pero afirmaba estar mejor ahí para poder verla de frente y no observarla únicamente de perfil. El contacto frente a frente siempre le había parecido mucho más personal, más íntimo, más acogedor. Kir mantenía sus ojos miel fijos en su cara, pero a Kira le podía esa extrema timidez que la caracterizaba y jugueteaba con las pulseras al hablar.

    - ¿Y bien? – preguntó Kir.
    - Una larga historia, que se suele decir…
    - Creo que podré seguirte.
    No podía negarse a esa cara, a esos ojos y a aquella sonrisa que no parecía capaz de desvanecerse jamás. Aún así, el pasado de Kira no había sido justamente un pasado fácil en el ámbito personal, y él era la primera persona que la oía hablar de ello.
    - Pero… - inquirió Kir - ¿Por qué no te negaste?
    - No creí que la cosa fuese a ser tan difícil.
    - Lo debías pasar fatal…

    Y entonces, sin indicio aparente alguno, los ojos de Kira se entumecieron, y las lágrimas acabaron vertiéndose lenta e inintencionadamente por sus mejillas. Allí, delante suyo, el chico que había conseguido alegrarme los días ese verano con una cara que no reflejaba más que preocupación. Preocupación e impotencia. Kir postró su mano en su rodilla a modo de consuelo. Al ver aparecer una leve sonrisa en el rostro de Kira y oír una leve risa entre dientes, arqueó la ceja, se inquietó.
    - Tienes ese algo que inspira confianza – susurró Kira entre sollozos.

    Él, sin quitar en ningún momento su mano de dónde la tenía, se levantó, se sentó a su lado y colocó su otra mano bajo la nuca de Kira, moviéndola.
    - Lo siento – dijo Kir en voz baja pero suficientemente alta como para que consiguiese oírlo con claridad -. Lo siento mil veces. En serio  que no sabes como…
    Kira dio un giro brusco para mirarle de frente:
    - Pero, ¿qué estás diciendo?
    - Por haber sacado el tema, por haberte hecho recordarlo, por haber hurgado en la llaga – y representó con la mano el “hurgar en la llaga” -, por…
    - ¡Calla! – Kir la obedeció – Deja de decir tonterías.
    Entonces ella bajó la mirada y un silencio que llegó a ser incómodo se instaló a su lado en aquel banco.
    -¿Sabes una cosa? – Kir hizo una pausa - Eres demasiado especial como para que pueda permitirme verte así. Y más aún sabiendo que sufres por una persona que no vale la pena. Voy a lograr que seas feliz, cueste lo que cueste. Es lo menos que puedo hacer. ¿Qué te parece?

    Por primera vez, Kira fue quien abrazó a Kir (hasta el momento había permitido que él la abrazas, convirtiéndose ella en un objeto totalmente pasivo). Se trataba de algo más que una simple afirmación. Era un agradecimiento, a la vez que un ruego.
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martes, 3 de mayo de 2011

No son más que fachadas

Y te diré que no acaba de gustarme. Que es demasiado moñas. Que ese rollo 
romántico comercial no me lo trago. Que la realidad es otra muy distinta. 
Que las personas no son así. Que no me siento identificada. Pero en 
realidad, cada noche, mirando al texto, es eso lo que deseo. En 
realidad, lo único que estaré haciendo será demostrarte esa 
faceta que he forjado tras numerosos desencantos. Esa 
faceta mía que prefiere cerrarse la puerta durante la 
tormenta para no sufrir ningún desperfecto más, 
aunque pierda oportunidades una tras otra. 
Esa faceta mía que incluso yo intento 
creerme con tal de no aumentar el 
número de decepciones y de 
razones por las cuales escribir una 
"Crónica de una desilusión anunciada"


Aunque lo cierto sea que lo que hay que encontrar son soluciones, no solo escudos improductivos.

viernes, 29 de abril de 2011

¿Arrogancia? Quizás.


Ella era así, siempre tan segura de sí misma, segura de sus palabras. Siempre tan decidida, sabía bien lo que quería y cómo lo quería.

Aquella noche estaba espectacular. Su estilo y su actitud le hacían ser el centro de atención de la noche de aquel hombre. Pero por más que lo intentó, no consiguió que sintiese ni pizca de interés, siquiera asombro, por él. Ella tenía siempre la última palabra. La mejor y última palabra.

- Tú... Siempre tienes respuesta para todo, ¿cierto?
- Para casi todo - con esa sonrisa pícara que tanto la caracterizaba.
- ¿Y bien? ¿Qué es lo que se te resiste?
- Cómo después de toda la noche de esquivar tus indirectas puedes ser tan imbécil como para seguir pensando que vas a conseguir que pase la noche contigo.

Y así, sin más, dejándolo patidifuso, se alejó para que su noche siguiese su magnífico curso.

domingo, 24 de abril de 2011

"Jamás me demostraste aquel miedo tuyo a perderme. Jamás me demostraste que realmente había algo en tu interior que deseaba que me quedase. Jamás hiciste nada más que  simples señales e indirectas perfectamente confundibles para expresar lo que de verdad sentías. Pretendías que fuese capaz de descifrarlas. Pretendías que fuese yo quien fuese y te pidiese tener una seria conversación. Pero jamás fuiste a pensar en mi personalidad. Jamás caíste en que mi timidez e inseguridad podían más que todos mis deseos de sentir tu calor.
Y ahora que ves que lo he dejado estar. Ahora que  me he decidido a olvidar el tema. Ahora que me sentía capaz de dejar mis sentimientos a un lado, llegas tú y vuelves a desconcertarme. Vuelves a enviar señales e indirectas incomprensibles, al menos en lo que a mí respecta. Vuelves a sonreírme y a guiñarme el ojo haciéndome creer que hay posibilidades de un “algo” entre nosotros. Vuelves a desbaratar todos mis planes.
Pero ya me he cansado. Ya no estoy para más vueltas en esta eterna noria. Ya estoy mareada de tanto girar sin rumbo alguno. Ya estoy harta de caminar y buscar sin garantía alguna de que lo conseguiré. Ya se acabó eso de ser yo siempre la que sufre. Ya no caben más rasguños en ese tramo de mi ser que te correspondía.
Ahora ambos sabemos lo único que lo arreglaría. Ahora pienso esperar a que seas tú quien reaccione. Ahora esperaré a una muestra clara antes de razonar. Ahora pienso dejar que pase el tiempo y que éste guíe el proceso de evolución de nuestra relación. Ahora he decidido optar por los días felices, contigo o sin ti, en vez de por los finales felices a tu lado." 

Debía reaccionar. La entrada de aquel blog, que había encontrado por casualidad (y afortunadamente) ya que ella no había dado señal alguna de que se dedicase a colgar escritos en Internet, le impulsaba a tomar pronto una decisión. Creía poder darse por aludido por más de uno de esos textos. Todas esas miradas, expresiones y gestos se lo indicaban. Y éste era el decisivo.

Nuevo comentario en el blog de aquella chica:
"Mensaje recibido. Pienso ser más claro la próxima vez.
Att. El Inepto de las Indirectas Inciertas"

jueves, 14 de abril de 2011

Y cogerlas al vuelo.

    Terrible el momento de darse cuenta de que se es experta en perder oportunidades. La vida está llena de ellas, solo se trata de saber encontrarlas a tiempo. Pero el tiempo pasa y las oportunidades son efímeras, no esperan a que reacciones y las alcances.
    Más de una vez no ha sabido hacerlo. Más de una vez le ha podido esa extrema timidez que la caracteriza. Más de una vez se ha arrepentido. Más de una vez se ha repetido a sí misma que debe aprender a actuar cuando toca, guiándose por impulsos y pasiones.
    Sabe que volverá a equivocarse, las dejará pasar de nuevo y  se lo recriminará mil veces. Pero también sabe ya lo que hay y espera aprender a aprovechar la ocasión en su momento.


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lunes, 11 de abril de 2011

Collage de una sociedad

                                          Hasta cuando tendremos que vivir
Inmersos en esta sociedad,
Potenciando las apariencias,
Oprimiendo nuestra propia identidad,
Cuidando la opinión de los demás.
Rescatemos lo esencial.
Emocionémonos por lo particular.
Sentenciemos aquello que nos hace mal.
Imaginemos que hay algo más
A parte de lo que a primera vista se puede apreciar.


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viernes, 8 de abril de 2011

Memoria selectiva.

¿Por qué tendría que olvidarte? Olvidarte sería abandonar para siempre el recuerdo de todas las veces que me has alegrado el día, de todas las veces que has conseguido que me brillase la mirada, de todas las risas y sonrisas que me has sacado. Y no. La memoria tiende a quedarse con los buenos momentos y las alegrías de esta difícil y penosa vida; no pienso luchar contra ello.

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jueves, 31 de marzo de 2011

Sin fecha de caducidad

     Cayendo la noche frente al mar, sintiendo la brisa, oyendo las olas, ahí están ellas, como muchas otras tardes, en aquel su recóndito paraje.
     Tienen una relación especial, una relación envidiable. Puede parecer similar a cualquier otra. Puede parecer una típica amistad. Pero para ellas es única. Única porque son ellas las autoras. Única porque son ellas las protagonistas. Única porque son ellas quienes deciden el argumento.
     Aprovechan cada momento que están juntas para disfrutar de su tiempo libre y aprovechar ese instante a solas para temas varios. Al fin y al cabo se complementan. Se ayudan. Se alegran. Se apoyan. Se aconsejan. Se divierten. Se hacen reír. Se acompañan. Se apaciguan el día la una a la otra.
     No son almas gemelas. No son dos personas idénticas. Pero eso es lo que las hace descubrir nuevas cosas, disfrutar de nuevas observaciones. Por eso se complementan. Por eso se trata de una relación dinámica y amena. Son diferencias que han dado altos y bajos, pero bajos que resbalan por su mínima importancia.
     Tienen planes de futuro. Porque, a pesar de vivir el presente, también piensan en el mañana. Un futuro con más personas que las acompañarán a lo largo de su historia; pero, al fin y al cabo, un futuro con ellas aún como protagonistas.
    Y saben que van a estar ahí siempre, la una para la otra. Sin un límite. Sin un punto final. Sin fecha de caducidad.

domingo, 27 de marzo de 2011

   Después de tanto tiempo, volvieron a salir un domingo por la mañana a pasear, a buscar preciosos lugares recónditos de aquella pequeña pero hermosa isla.
   Dieciocho años habían pasado desde que "su niña" había llegado al mundo. Dieciocho años que le habían pasado como si hubiesen sido tres.
   -Cómo pasa el tiempo. Parece que era ayer cuando, rodeada de toda la familia, gateabas en la mesa del comedor.
   Parecía que era ayer. Pero "ayer" ella había estado disfrutando del fin de exámenes con sus compañeros, amigos, no tan amigos, muy amigos e íntimos amigos. Sabía que él mismo "ayer" no había estado disfrutando del gateo de esa su niña; había estado sufriendo por su extrema preocupación de qué estaría haciendo su niña en ese loco y peligrosos mundo de drogas y alcohol, aunque sabía que ella rechazaba todo ese mundo.
   En una de las tantas conversaciones que pudieron compartir ella comentó la mala suerte que había tenido jugando a las cartas con sus amigos.
   -Desafortunada en el juego... - y ahí quedo la frase del padre.
   -¿Afortunada en...?
   -... afortunada en el amor.
   -Dudo que quieras, sinceramente, que sea así aún.
  Concluyó riéndose entre dientes y dándole una palmada en el hombro. Y entonces se hizo el silencio. Un silencio de reflexión: quizás era ya el momento de hablar en serio, al fin y al cabo eran ya dieciocho años y no dos días.
   -No, algún día sí quiero que seas afortunada en este campo. Pero tiempo al tiempo... Que encuentres a alguien que sea bueno para ti.
   Patidifusa se quedó "su niña". Y volviendo a la broma...
   -Pero ves con cuidado, que los hombres somos malos, ¡muy malos!
   -Sí, papá, tú el que más.


   "Te adoro, papá." 
No lo dijo, pero ambos lo sabían, lo saben y lo sabrán toda su vida.

jueves, 24 de marzo de 2011

Alternativa.

Y entonces ocurrió. Al fin. Aquel juego de miradas continuo que se había dado entre ellos, siempre con respuestas tardías y ojos cuyas trayectorias nunca coinciden, dio resultados. Se fusionaron la miel del uno con el verde del otro. Ella jamás se había sentido así. Él llevaba tiempo deseando hacerlo. Y luego, la guinda. Una sonrisa por parte de él. Una más por parte de ella, a la vez que se ruboriza. Aquella expresión que la hacía ser tan dulce. Aquella expresión que demostraba su ternura y su adorable timidez. Él no pudo evitar reírse entre dientes y, al ver que ella se percataba, sin quitar aquella sonrisa que ninguno de los dos había podido difuminar desde su choque de miradas, le guiñó un ojo. Aquel gesto que tan bien hacía que se sintiese. Aquel gesto que demostraba lo buena persona que era y que iba a estar ahí siempre que necesitase apoyo.
Siempre. Siempre desde aquel día que la había visto derrumbarse ante sus ojos. Desde aquel día que él mismo no había podido reprimir la impotencia de verla de tal manera. Desde aquel día que, no sólo para devolverle la gran cantidad de ayudas que ella le había ofrecido, sino que para  demostrarle que podía confiar en él, le había prometido estar a su lado cuando lo necesitase: «Aunque no sepa qué ocurre, siempre. No lo olvides».
¿Pero qué pasa? ¿Qué hay del siguiente paso? ¿Nadie piensa dignarse a darlo? Ambos lo deseaban. Ambos lo sabían. El problema era que estaban en el círculo de amigos, rodeados de gente, y habría resultado un tanto extraño que avanzasen y se entregaran el uno al otro sin miramientos. Por primera vez, ella se decidió iniciar una alternativa y se alejó del grupo disimuladamente, aún sin apartar la mirada, hasta que se giró y empezó a caminar. Entonces él lo entendió y, segundos más tarde, inició también su camino hacia la alternativa. Su camino hacia la felicidad.

sábado, 12 de marzo de 2011

La más dulce de las caricias.

Sentada frente a la ventana. Mirando la lluvia. Buscando entre aquella multitud de gotas algo que rompa la monotonía de este lluvioso día, un rayo de luz que lo ilumine. Buscando tu cara.
Acabamos de discutir. Lo sé. Por la cosa más simple. Lo admito. No he querido poner ese voto de confianza en ti. No he sido capaz de deshacerme de aquella etapa tuya del pasado que era mejor olvidar. Lo siento. Lo siento de veras.
Y no dejo de pensar en ti. Y todas las personas que aparecen bajo su paraguas torciendo la esquina me producen una primera sensación de emoción que desaparece al darme cuenta de que no es tu cara la que sus hombros sujetan.
Y entonces, cuando estaba a punto de dejarlo estar, tuerce la esquina aquello que tanto ansiaba. Mi mirada se cruza con la única que necesitaba para sonreír de nuevo. Se funden la miel y la menta. Fusión perfecta.
Saliendo a recibirte, mi sonrisa se va ampliando al pensar que has vuelto para arreglarlo. Abro, salgo y corro hacia ti. Pero tu expresión es totalmente neutra. No has hecho más que mirarme fijamente a los ojos mientras avanzas lentamente. Me paro a un solo paso, reconociendo que aún desconozco a qué has venido, qué pasa por tu mente. No sabes lo que daría por saber qué ronda ahora mismo por tu cabeza.
Sonrío intentando liberar tensiones. Se produce una larga y tensa pausa entre nosotros. Entonces sonríes, mostrando esa expresión que, a pesar de  los altibajos, no he dejado de adorar desde que te conocí.
Das ese paso. Me abrazas. Te  abrazo. Nos besamos. Y aquella lluvia que nos cae encima sin miramiento alguno se convierte en la más dulce de las caricias teniéndote a mi lado.

lunes, 28 de febrero de 2011

Individuos.

Porque la vida es eso. La vida es hipocresía: "Vivir para los demás en vez de hacerlo para nosotros". Vivir arraigados a la sociedad y a su subjetivo juicio. Creérnoslo, aceptarlo y que nos corrompa en nuestro interior.
Humano, ser social.
Sí.
Pero individuo al fin y al cabo.
Uno no puede pretender ser feliz siendo guiado por los demás y sus odiosos comentarios sin fundamento.
Aprendamos a deshacernos de todo eso. Aprendamos a vivir decidiendo quién queremos ser y con quién queremos serlo. Aprendamos a ser felices.

viernes, 25 de febrero de 2011

Inicios.

Se trata de nuevos comienzos. Nuevas acciones. Nuevas sensaciones. Nuevos planteamientos. Nuevas consecuencias.
En esta ocasión comienzos sin gran transcendencia. Acciones insignificantes. Sensaciones desconocidas hasta el momento. Planteamientos previos quizás demasiado largos. Consecuencias internáuticas. 
Pero al final y al cabo, una nueva etapa en la expresión de mis sentimientos. Una nueva etapa a la hora de plasmar mi inspiración. Una nueva etapa en la formación de mi espíritu (por muy extremadamente exagerado que suene). 
Y bien, solo espero que no acabe en fiasco (aunque soy consciente de que esta primera entrada no desprende suficientes buenas expectativas) y que la lectura de estos modestos escritos os sean de buen gusto y os sintáis cómodos a la hora de expresarme vuestra opinión y de darme nuevos consejos.


Por esas etapas de futuros inciertos.