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Estudiante de letras, pecosa, menorquina, moñas titulada, utópica empedernida y agaporni reciente.

miércoles, 25 de mayo de 2011

BELIEF

    Poco a poco lo iba consiguiendo. Las palabras "imposible" e "incapaz" desaparecían por momentos de su vocabulario. Aquellas palabras que tanto se había repetido. Aquellas palabras que surgían en todas las situaciones difíciles. Con el paso del tiempo se daba cuenta de que sí era capaz de conseguir cosas por su propio pie, que si se lo proponía podía con cualquier cosa. Lo mejor es que se lo creía. Creía en su capacidad, creía en sí misma. Esa seguridad que tantas veces le había hecho falta nacía ahora y aún no era tarde. Porque nunca es tarde para según qué cosas, y nunca es tarde para (auto-)realizarse y conseguir metas. Ahora sí. Sabía que podría conseguirlo porque había visto que había conseguido algunas de las metas propuestas, la autoestima había aumentado, y con ella, los puntos a favor a la hora de lograr esos objetivos. 

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    Si hay alguien en este santísimo mundo de bloggers que aún me lee, primeramente gracias. Después, quería decir que hasta dentro en unos días (hasta a partir del día 10 de junio, aproximadamente) no volveré a pasearme por aquí. He acabado los exámenes finales y, por lo tanto, el bachillerato (AT LAST!); ahora me toca intensivo para la selectividad.
    A ti, sí, a ti que sí me estás leyendo (mil gracias, de veras): tendrás noticias mías en unos días(:
xx

martes, 10 de mayo de 2011

Gritos ahogados.

    Era una de aquellas personas que inspiraba confianza. Era la persona perfecta para que Kira consiguiese desahogarse, deshacerse al fin de todos aquellos males que la atormentaban y que llevaban tiempo siendo reprimidos. 
    Kir se había sentado en el suelo, aunque aún quedaba sitio en el banco como para estar sentado a su lado, pero afirmaba estar mejor ahí para poder verla de frente y no observarla únicamente de perfil. El contacto frente a frente siempre le había parecido mucho más personal, más íntimo, más acogedor. Kir mantenía sus ojos miel fijos en su cara, pero a Kira le podía esa extrema timidez que la caracterizaba y jugueteaba con las pulseras al hablar.

    - ¿Y bien? – preguntó Kir.
    - Una larga historia, que se suele decir…
    - Creo que podré seguirte.
    No podía negarse a esa cara, a esos ojos y a aquella sonrisa que no parecía capaz de desvanecerse jamás. Aún así, el pasado de Kira no había sido justamente un pasado fácil en el ámbito personal, y él era la primera persona que la oía hablar de ello.
    - Pero… - inquirió Kir - ¿Por qué no te negaste?
    - No creí que la cosa fuese a ser tan difícil.
    - Lo debías pasar fatal…

    Y entonces, sin indicio aparente alguno, los ojos de Kira se entumecieron, y las lágrimas acabaron vertiéndose lenta e inintencionadamente por sus mejillas. Allí, delante suyo, el chico que había conseguido alegrarme los días ese verano con una cara que no reflejaba más que preocupación. Preocupación e impotencia. Kir postró su mano en su rodilla a modo de consuelo. Al ver aparecer una leve sonrisa en el rostro de Kira y oír una leve risa entre dientes, arqueó la ceja, se inquietó.
    - Tienes ese algo que inspira confianza – susurró Kira entre sollozos.

    Él, sin quitar en ningún momento su mano de dónde la tenía, se levantó, se sentó a su lado y colocó su otra mano bajo la nuca de Kira, moviéndola.
    - Lo siento – dijo Kir en voz baja pero suficientemente alta como para que consiguiese oírlo con claridad -. Lo siento mil veces. En serio  que no sabes como…
    Kira dio un giro brusco para mirarle de frente:
    - Pero, ¿qué estás diciendo?
    - Por haber sacado el tema, por haberte hecho recordarlo, por haber hurgado en la llaga – y representó con la mano el “hurgar en la llaga” -, por…
    - ¡Calla! – Kir la obedeció – Deja de decir tonterías.
    Entonces ella bajó la mirada y un silencio que llegó a ser incómodo se instaló a su lado en aquel banco.
    -¿Sabes una cosa? – Kir hizo una pausa - Eres demasiado especial como para que pueda permitirme verte así. Y más aún sabiendo que sufres por una persona que no vale la pena. Voy a lograr que seas feliz, cueste lo que cueste. Es lo menos que puedo hacer. ¿Qué te parece?

    Por primera vez, Kira fue quien abrazó a Kir (hasta el momento había permitido que él la abrazas, convirtiéndose ella en un objeto totalmente pasivo). Se trataba de algo más que una simple afirmación. Era un agradecimiento, a la vez que un ruego.
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martes, 3 de mayo de 2011

No son más que fachadas

Y te diré que no acaba de gustarme. Que es demasiado moñas. Que ese rollo 
romántico comercial no me lo trago. Que la realidad es otra muy distinta. 
Que las personas no son así. Que no me siento identificada. Pero en 
realidad, cada noche, mirando al texto, es eso lo que deseo. En 
realidad, lo único que estaré haciendo será demostrarte esa 
faceta que he forjado tras numerosos desencantos. Esa 
faceta mía que prefiere cerrarse la puerta durante la 
tormenta para no sufrir ningún desperfecto más, 
aunque pierda oportunidades una tras otra. 
Esa faceta mía que incluso yo intento 
creerme con tal de no aumentar el 
número de decepciones y de 
razones por las cuales escribir una 
"Crónica de una desilusión anunciada"


Aunque lo cierto sea que lo que hay que encontrar son soluciones, no solo escudos improductivos.